• Movida por la compasión y la misericordia genera buenos vínculos de concordia y caridad. “Procuren que en su comunidad haya mucho espíritu de familia, grande cariño, santa intimidad, confianza y sencillez”. 

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• Sale al encuentro de los desamparados, se ocupa y compromete con sus necesidades  y está especialmente atenta a los más pobres y abandonados.   

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• Ora desde y con la realidad, “…y confíen ilimitadamente en Dios, que su misma caridad les servirá de escudo…”

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•  Vive la hospitalidad, con sencillez, en comunidades de puertas abiertas, adaptadas a las necesidades de las hermanas y la misión. 

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• Comparte la vida con  laicas y laicos, acogiendo las ideas de los otros en la condescendencia. 

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• Es festiva y alegre, posibilita espacios donde se vive y se disfruta la gratuidad, el encuentro, la fiesta, las celebraciones, sean éstas familiares, litúrgicas, patrias, etc. 

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• Discierne y toma decisiones, propiciando la participación activa de las hermanas. 

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• Pone en común todas las cosas y las hermanas son tratadas con absoluta igualdad.